El primer punto crítico del emprendimiento de proyectos, empresas o negocios, nos lo vamos a encontrar en el mismo momento en que comenzamos a pensar en la idea. ¿De dónde vamos a sacar el dinero necesario?
Conseguir los recursos económicos necesarios es el común denominador a todo proyecto, grande, pequeño o mediano, ya sea para lanzar una nueva empresa, para implementar una nueva línea de negocio en una existente o para contar con los medios necesarios para un plan de expansión general.
Por un lado, tendremos que estimar los recursos propios. Aquello de lo que podemos disponer, a ser posible sin poner en riesgo nuestra situación patrimonial o minimizándola. Por otro lado, habremos de estudiar todas las vías que se nos presentan a nuestro alcance para conseguir recursos externos a través de financiación, subvención o aportación.
Siempre es necesario el correcto equilibrio entre recursos propios y externos, ya que, aun teniendo recursos propios suficientes, existen muchos factores, entre ellos, el simple factor de oportunidad, que hacen conveniente acudir a recursos de financiación externos en la mayoría de los casos, así como aumentar la rentabilidad sobre los recursos propios invertidos.
En cualquiera de los casos, un correcto asesoramiento por profesionales especializados facilitará mucho el establecimiento de fórmulas que conduzcan al éxito.
Los medios más tradicionales
Subvenciones
Aunque en los últimos años se han visto ciertamente reducidas, estudiar todas las subvenciones posibles de las que pueda beneficiarse tu proyecto es fundamental.
Existen subvenciones para la puesta en marcha de proyectos que pueden contemplar diversas fórmulas, desde aquellas que son a fondo perdido a las que bonifican los tipos de interés, pasando por las que afectan a la adquisición de bienes de equipo o maquinaria, gastos de lanzamiento y una gran variedad de aplicaciones.
En líneas generales, habrás de considerar que casi todas las subvenciones conllevan la realización previa de la inversión, es decir, habrás de contar con un capital inicial disponible para acometer las inversiones descritas en el proyecto para su viabilidad, o bien articular alguna fórmula de financiación de tipo puente.
Préstamos participativos (ENISA y Agencias similares)
Suelen prestar un importe equivalente a los recursos propios invertidos, prevén periodos de carencia en el pago de principal e intereses, y suelen adoptar la forma de préstamos participativos (interés fijo bajo complementado con un tipo de interés variable condicionado al éxito del negocio).
Financiación bancaria
El crédito bancario en sus diversas modalidades sigue siendo una de las fórmulas más utilizadas. Sin embargo, suele llevar aparejada la implicación de bienes patrimoniales personales como garantía o aval, además de demostrar unos niveles equilibrados entre la liquidez, que en definitiva supone la capacidad de pago y la solvencia, que viene representada por las garantías patrimoniales.
La trayectoria es un punto de suma importancia en la valoración de este tipo de financiación. To build a credit es la fórmula acuñada en Estados Unidos para referirse a la necesidad de construirse una reputación de crédito, sin la cual, en muchas ocasiones, hacer valer la solvencia y la liquidez demostrables puede ser más complicado, por lo que suele ser una vía de financiación más adecuada para proyectos de empresas ya consolidadas o nuevos lanzamientos apoyados por ellas que para las start ups de nueva creación.
Son fórmulas de arrendamiento financiero destinadas, por norma general, a la adquisición de bienes de equipo que pueden ir desde ordenadores a vehículos de empresa, pasando por maquinaria y medios productivos.
Se trata de una vía de financiación interesante por presentar determinadas ventajas fiscales derivadas de su concepción como arrendamiento y, por tanto, como gasto, y que en el caso del renting, puede llevar determinados servicios adicionales aparejados.
Las nuevas vías de financiación
Desde el año 2008 y a raíz de las políticas restrictivas de los bancos en la concesión de créditos, determinadas fórmulas de financiación emergentes han ido tomando un protagonismo mayor y perfeccionando su funcionamiento y atractivo, tanto para inversores como para las empresas que necesitan conseguir recursos.
La globalización y la posibilidad, cada día mayor, de dar a conocer los intereses de unas y otras partes de una forma inmediata e interactiva a través de los medios digitales han facilitado el establecimiento de relaciones dirigidas a la consecución de acuerdos que satisfacen los objetivos recíprocos, traduciéndose en fórmulas de inversión y obtención de recursos que cada día son más atractivas y utilizadas.
Representa una fórmula de financiación que se podría incluir dentro de las tradicionales y que supone la aportación de un capital mediante la asociación al proyecto, a sus beneficios y su gestión. Aunque muchas veces se confunde con la fórmula de los ángeles inversores, presenta unas claras diferencias, ya que este sistema se articula a través de sociedades reguladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores que operan dentro del sistema del mercado financiero.
Business Angels
Se trata de inversores privados o determinados grupos de inversión que aportan tanto inversión como conocimiento y estructuras al lanzamiento de proyectos. Se especializan en la aportación de un capital denominado semilla, es decir, aquel necesario para el correcto lanzamiento y viabilidad del proyecto, a cambio de una participación en el capital social de la empresa.
El inversor mantiene una presencia activa en la empresa, interviniendo en determinados aspectos de gestión que favorezcan, con su conocimiento y experiencia, el correcto desarrollo de los planes.
Toda su participación está sujeta a una temporalidad, es decir, toda vez cumplidos los fines y objetivos de las fases previstas en su intervención, generalmente el lanzamiento y su consolidación, el inversor recupera el capital invertido y los beneficios que le correspondan, liberando sus participaciones en favor de los socios.
El crowdfunding
Esta fórmula está íntimamente ligada a los nuevos medios proporcionados por las tecnologías y la comunicación digital. Consiste en presentar tu proyecto al mundo a través de diversas plataformas y, ofreciendo una serie de recompensas, solicitar y obtener múltiples microaportaciones para financiarlo.
Aunque originariamente se planteó fundamentalmente para proyectos creativos, como la producción musical, proyectos cinematográficos o ediciones de libros, el desarrollo de plataformas especializadas ha ido extendiendo la fórmula a otro tipo de proyectos que va desde las ONG a proyectos empresariales de todo tipo.
Como podéis ver, la articulación de las fórmulas de financiación de un proyecto ofrece un gran número de alternativas. Seleccionar y establecer las más adecuadas a cada proyecto y necesidad requiere un conocimiento profundo, así como una dilatada experiencia y profesionalidad en múltiples campos de la gestión empresarial y donde los servicios de profesionales externos son fundamentales.